domingo, 7 de junio de 2009

Elecciones Europeas: Fin de fiesta.

La jornada electoral ha concluido hace unas tres horas. Ya conocemos los resultados, el PP gana las elecciones con unos 3,6 puntos porcentuales de ventaja sobre el PSOE. Lo que corresponde en primer lugar, por tanto, es felicitar deportivamente a la candidatura ganadora, la que ha logrado la confianza de un mayor número de electores.

Como socialista, agradezco infinitamente el voto de esos 6 millones de españoles que han respaldado la candidatura del PSOE. Estoy seguro de que muchos de ellos son personas que lo están pasando mal, autónomos que se mantienen a flote luchando contra el reloj, pequeños empresarios comprometidos con sus trabajadores a costa de rebajar sus beneficios, trabajadores preocupados por la continuidad de su empleo, y parados, angustiados comprensiblemente por la situación. En definitiva, personas que han votado PSOE apretando los dientes, no dejándose llevar por el instinto básico que nos anima a castigar con el voto a quien es responsable de mejorar una situación en muchos casos desesperada. Lo han hecho con la cabeza alta sabiendo que hacerlo, precisamente ahora, es dar un voto a la confianza en el país, a las políticas sociales, al freno a cualquier recorte de derechos laborales y a la apuesta por una nueva economía más sostenible, más productiva y que cree empleo de una mejor calidad. A todos ellos, doble agradecimiento.

La participación se ha mantenido con respecto a los últimos comicios europeos. Esto significa un porcentaje de, aproximadamente, el 46% del censo electoral. No puede darse por bueno este dato, pero queda lejos de las catastróficas previsiones de participación que se habían manejado días atrás.

Me apetece, además, hacer una valoración personal de este día. He pasado el día como apoderado del PSOE en una mesa electoral. Para un socialista, el día de las elecciones siempre es un día de fiesta, independientemente del resultado. Así lo he vivido yo, y así me siento ahora, aun sabiendo que los resultados no nos han acompañado como en otras ocasiones.

Una jornada electoral a pie de urna es de las cosas más bonitas que se pueden vivir. Las caras de ilusión de los votantes que se acercan a apoyar a quien representa sus ideales, la convivencia con los compañeros de mesa y, sobre todo, el increible esfuerzo que hacen nuestros mayores por cumplir con lo que, ellos sí, consideran una obligación ciudadana, hacen que sea un día lleno de alegría y tolerancia. Hoy quiero dejar constancia de que la jornada ha sido especialmente gratificante. He tenido la satisfacción de compartir mesa con personas que han hecho muy agradable el desarrollo de la jornada. Me refiero a mis compañeros de partido, a los interventores del Partido Popular -viejos conocidos y de trato muy cordial- y a los miembros de la mesa -presidente y vocales-. En especial valoro la labor del presidente, un hombre aquejado de múltiples secuelas de un accidente de tráfico que ha cumplido con su obligación de manera ejemplar mientras su cuerpo se lo ha permitido. Ni siquiera sé su nombre, pero merece sin duda el reconocimiento de todos los electores de la mesa.

Felicito también a la primera vocal de la mesa, que ha hecho gala de una gran simpatía y que, siendo su primera experiencia de este tipo, se lo ha pasado bien, como debe ser.

Por último, mi felicitación y afecto al segundo vocal, viejo conocido mío y compañero socialista, Andrés Sánchez Ortigoso. He sabido hoy, de sus labios, de su reciente enfermedad y he sido testigo de su recuperación. Me impresiona la valentía de una persona que me cuenta su enfermedad llamando al cáncer por su nombre. Demuestra más ganas de vivir que nunca y mantiene, por supuesto, sus compromisos más sagrados con la misma energía de siempre: su familia, el partido, Andalucía y la memoria de su madre, la persona que le hizo como es. Que sean muchos años, Andrés, de compromiso y fuerza para defender tus claras ideas de siempre. Con esa pasión tuya, a veces rayando en la ira, pero inevitable cuando se han tenido las vivencias que tú has tenido y te han hecho ser férreo creyente en la radical igualdad de los seres humanos. Te manifiesto mi reconocimiento como socialista, mi afecto y la alegría que tengo por haber compartido contigo este día que los dos consideramos una fiesta.

viernes, 5 de junio de 2009

Cuaderno de campaña. Cierre.

Hoy cerramos la campaña electoral, en algo más de dos horas. No quería dejar pasar el día sin volver a pedir a los posibles lectores de este blog que participen en las elecciones del domingo apoyando la candidatura de mi partido, el PSOE. Ahí van algunos motivos por los que yo creo que hay que hacerlo:

Porque fortalece a Europa, frente a la derecha que la debilita al considerarla como un lugar donde "partirse la cara" por supuestos intereses nacionales, olvidando que hay un interés común europeo que debe ser compatible con el de los estados miembros si queremos que la UE sea una potencia mundial de referencia.

Porque la candidatura de Juan Fernando López Aguilar supone juventud y valores anclados en la tolerancia y la solidaridad, frente a Mayor Oreja, que sólo aporta ideas antiguas, sectarismo, y viejas recetas liberales que siempre pagan los trabajadores y benefician a las clases pudientes.

Porque José Luis Rodríguez Zapatero ha dado ejemplo asumiendo la responsabilidad de los resultados, para bien o para mal, frente a Mariano Rajoy, que a pesar de haberse paseado tres veces en quince días arropando al siempre bien vestido Camps y al inefable Fabra, manifiesta que no se dará por aludido si la Justicia finalmente les condena.

Porque el Gobierno de España se merece un voto de confianza frente a la crisis, por su compromiso con los trabajadores. Este es el primer gobierno de la democracia que no ha respondido a la situación metiendo la tijera a los derechos de los trabajadores, a pesar de estar viviendo la mayor crisis mundial en 60 años.

Porque no podemos permitirnos, como trabajadores y ciudadanos libres, que la derecha se apropie de una derrota socialista -que hasta ellos saben que se debería a la falta de movilización- para seguir con su campaña de acoso y derribo al gobierno utilizando el drama de los parados -que no les importa lo más mínimo- como pretexto.

Si queremos una Europa social fuerte, con voz en el mundo, y un gobierno en España que no haga pagar a las clases trabajadoras bajas y medias las consecuencias de una crisis que han provocado los especuladores, no te quedes en casa el domingo. Acude a votar. No es sólo un derecho, es también tu responsabilidad.