jueves, 22 de octubre de 2009

EL EJIDO MONOCOLOR

Monocolor azul policía. La estampa del martes, con la policía acordonando la entrada del Ayuntamiento de El Ejido, me dejó durante algún tiempo aturdido. No podía creer lo que estaba viendo, a pesar de que las sospechas sobre el funcionamiento de Elsur han sido algo de dominio público desde hace tiempo. Sin embargo, la detención de Juan Enciso en relación con estos chanchullos era algo que no esperaba llegar a ver.

Para empezar, Elsur (la empresa mixta de servicios municipales fundada en 1995 por el Ayuntamiento, entonces del PP) ha sido, desde el primer día, un modelo perfecto de ineficacia y despilfarro de recursos públicos materiales, económicos y humanos. Recuerdo muy bien la Plataforma Cívico-Democrática de Vecinos de El Ejido, fundada por entonces para oponerse al cambio del modelo de gestión de los servicios municipales, e integrada por multitud de colectivos, partidos políticos y personas independientes. Tuve ocasión de participar en alguna de sus reuniones, en representación de la Asociación Juvenil "Jóvenes Las Norias", de la que yo era vicepresidente por entonces. Tengo muy viva la retahila de riesgos de la operación que recitaba con vehemencia Paco Vargas, coordinador de la plataforma. Recuerdo que, cuando la escuchaba, y a pesar de compartir buena parte de esos temores, no podía evitar pensar aquello de "seguro que luego no es para tanto". Pues fue peor. Elsur ha prestado los servicios municipales manifiestamente peor de lo que se prestaban directamente por el ayuntamiento. Si cuando se habla del trabajo de los operarios de servicios municipales son frecuentes las bromas -injustas en la mayoría de los casos, sin duda- sobre su "dedicación y eficacia", el cachondeo sobre los trabajadores de Elsur en El Ejido era todavía mayor pese a ser una empresa de capital privado en un 70%. Desde el principio ha sido un coladero para agradecimiento de favores y un catalizador de la red clientelar establecida por el alcalde en el municipio. Al margen de los desfalcos perseguidos ahora judicialmente, Elsur ha sido desde su origen el cáncer económico del ayuntamiento por su nefasta gestión.

A estas horas ya sabemos que se ha decretado prisión eludible con fianza para la esposa del interventor municipal y prisión incondicional para José Amate y algunos de sus familiares, además de los cargos imputados a las personas puestas en libertad con medidas cautelares, como la esposa de Juan Enciso.

Las informaciones que aparecen sobre este tema en los medios de comunicación indican que la trama empresarial ha saqueado las arcas municipales a través de Elsur desde 2003, apropiándose indebidamente de unos 150 millones de euros. De esto podemos inferir, en primer lugar, que estos hechos tienen su origen en la época en la que Juan Enciso gobernaba aun como alcalde del Partido Popular. Por tanto, en el PP deberían ser cautos a la hora de valorar la situación y más aun cuando tratan de hacer recaer responsabilidades sobre el PSOE. Fueron ellos quienes crearon Elsur y quienes defendieron con ardor, por eficaz y eficiente, la gestión privada para los servicios públicos (yo personalmente recuerdo haber presenciado dicha defensa férrea de la gestión privada por el entonces primer teniente de alcalde, Joaquín González).

Es conocido el carácter demagógico y populista de Juan Enciso. Un carácter que le ha proporcionado un apoyo popular abrumador en las elecciones municipales, sobre todo desde 2003, pasados los lamentables sucesos de febrero de 2000. Durante mucho tiempo, en El Ejido ha existido un ambiente coactivo en cuanto a su persona. O estás con él o contra él. Nadie da la cara por el pueblo como él, a costa de lo que sea. Nadie es más honrado ni dice las cosas con más claridad, sin pelos en la lengua, pese a quien pese. Cuestionar sus políticas ha sido, durante mucho tiempo, "estar contra El Ejido". Yo hoy me siento honrado de poder decir, como ejidense de nacimiento que soy y vecino del municipio la mayor parte de mi vida, que nunca he estado entre sus votantes, que me ha parecido más que cuestionable su actuación como alcalde y que, ni en los momentos de mayor tensión social le di mi apoyo. Algunos vecinos y vecinas de El Ejido -pocos, lamentablemente- no firmamos en su día aquel cheque en blanco que se hizo correr por todos los rincones del pueblo para dar nuestro apoyo al alcalde en su negativa a "crear guetos". Para mucha gente ha sido una travesía del desierto dura e ingrata, y quizá ahora los hechos empiezan a poner a cada uno en su sitio.

Lo que yo espero, sin embargo, es que toda esa masa de fervientes devotos de "El Chato" -del PP o el PAL, son dos caras de la misma moneda- que ha campado a sus anchas socialmente en El Ejido desde hace más de quince años tenga el justo castigo -permitidme la expresión- que se merece: el de ver que la justicia prueba que aquel que se erigió en salvador del pueblo, el supuesto modelo de honestidad, ése al que ha dado su voto elección tras elección, le ha estado robando prácticamente desde el primer día.