lunes, 6 de octubre de 2025

NOS JUGAMOS LA SALUD


La imagen que acompaña este texto es de ahora mismo, mientras me pongo a escribir. Podría ser de ayer, de hace una semana, de hace un mes o de hace un año. Esta es la realidad habitual de la atención primaria que el Servicio Andaluz de Salud nos presta en Berja, la del mensaje "en este momento no podemos gestionar su cita". Una realidad frustrante que se mantiene desde hace ya demasiado tiempo.

Tenemos que ser honestos: la sanidad pública andaluza siempre ha sido mejorable. Pero la situación de desidia en la que se encuentra actualmente resulta intolerable. El gobierno andaluz nos vende año tras año que el presupuesto de la Consejería de Salud y Consumo aumenta. Lo que no nos dicen es en qué se traduce ese aumento presupuestario: en el llenado de los bolsillos de las empresas de sanidad privada. La atención primaria se ha convertido en un cuello de botella para el acceso al sistema, simbolizado en la pantalla de ClicSalud del pruebe suerte en otro momento o la de la ventanilla física donde el personal administrativo, con cara de circunstancias, nos invita a madrugar más la próxima vez o a entrar a ClicSalud entre las 5 y las 6 de la madrugada -a pesar de la vergüenza ajena que producen, esos consejos se dan-, que es más probable obtener una cita. Si no fuera por el drama que esto supone para los usuarios con dolencias graves y crónicas, daría risa.

En esa pantalla o esa ventanilla empieza el calvario del usuario necesitado de atención médica. Pero si la dolencia es de importancia, el siguiente capítulo es la demora en la atención por el médico especialista o, después, la lista de espera quirúrgica.

Si no fuera tan serio, sería un chiste. Aunque para nuestra consejera parece que, efectivamente, lo es. Así ha despachado el gravísimo asunto de la desatención de una gran cantidad -todavía por conocer con exactitud- de mujeres a la espera de los resultados de sus mamografías. Lo que empezó siento unos pocos casos ya alcanza los 2000, aunque una asociación de afectadas -AMAMA- cree que la cifra podría quedarse corta, lamentablemente. 

Las justificaciones o disculpas pedidas hasta hoy no han hecho más que añadir un mayor nivel de desvergüenza y desprecio hacia las afectadas por parte del Gobierno de Andalucía. La habitual ausencia de asunción de responsabilidades por parte de los gobernantes del Partido Popular vuelve a manifestarse aquí, como si fuera una catástrofe meteorológica o una cadena de incendios forestales. Esperemos que en próximas citas electorales los ciudadanos exijamos esa responsabilidad mal asumida con la herramienta más valiosa que tenemos: nuestro voto. Mientras tanto, nos queda la protesta y la exigencia de respuesta a los causantes de tanto despropósito.

lunes, 15 de septiembre de 2025

LA GUERRA DE FEIJÓO

Quienes tenemos cierta edad recordamos el clima que se vivió en España en los primeros 2000, cuando una coalición internacional invadió Irak con el pretexto de la existencia en el país de "armas de destrucción masiva", como se decía entonces. El "no a la guerra" como lema de manifestaciones masivas fue abriéndose paso para cuestionar la política internacional del Gobierno de España de entonces, dejando en evidencia que la población no respaldaba su deriva belicista. José María Aznar gobernaba con mano de hierro tras cosechar mayoría absoluta en las elecciones del año 2000 y se empeñó, como él decía, en "sacar a España del rincón de la Historia". Y lo hizo de la peor manera posible, involucrando a nuestro país en una guerra contraria al Derecho Internacional y que generó, además de la consiguiente espiral de muerte y destrucción, un clima de inestabilidad en la zona que alimentó peligrosos movimientos de terrorismo islamista.

El Partido Popular de entonces decidió ponerse de espaldas a ese clamor de la sociedad española, respaldando el afán militarista de su presidente. En esa deriva, nadie fue capaz de reconducir la actitud de Aznar y el partido en bloque respaldó esa nueva politica exterior atlantista y unilateralista, como país subordinado a los dictados e intereses de los Estados Unidos.

El resultado de todo esto fue poner a España en el punto de mira de esos movimientos terroristas, teniendo como útlima consecuencia los salvajes atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Con ellos empezó, tristemente, otra deriva muy de actualidad: la costumbre del Partido Popular de reescribir los acontecimientos de los que no es capaz de responsabilizarse -sobran ejemplos recientes: DANA de Valencia, incendios forestales ... -. 

Hoy aceptamos que la desgraciada reacción del gobierno de Aznar a los atentados del 11M, intentando engañar masivamente a la población sobre la autoría del atentado, fue la clave de que el PSOE ganara las elecciones de 2004. Pero el relato no es completo. De acuerdo con el testimonio de José Luis Rodríguez Zapatero, los sondeos propios venían dando al PSOE un incremento sostenido en la intención de voto consecuencia del hartazgo de la población con los discursos belicistas del gobierno y la repulsa hacia quienes justificaban la guerra con argumentos sin base. Es decir, el engaño del 11M fue la gota que colmó el vaso, pero la tendencia venía de atrás, a expensas de un Partido Popular entregado al belicismo ilegal que no fue capaz de corregir el rumbo que imponía su líder.

Hoy, con el clima social que estamos viviendo en relación con el genocidio que se comete en Gaza, no puedo evitar revivir las sensaciones de entonces. Veo un Partido Popular entregado al sionismo más recalcitrante y asesino por ser incapaz de desmarcarse de su líder. Lo único que no está claro es quien ejerce ese liderazgo, si es Isabel D. Ayuso o Santiago Abascal. Tal como ocurrió hace veinte años, el incapaz Feijóo -como entonces M. Rajoy- será arrollado por este clima social que no tolera la indefendible matanza de inocentes que realiza el gobierno de Netanyahu. Estamos ante "la guerra de Feijóo".