sábado, 4 de junio de 2011

IU, LA LEY ELECTORAL Y LA AUTOCRÍTICA

Es una de las reivindicaciones "estrella" del movimiento 15-M: la reforma de la Ley Electoral. Pero, ¿qué sabemos del sistema electoral español? Se acepta, como lugar común, que es injusto, pero ¿por qué? ¿es injusto con todos o solo con algunos? 

Posicionarse a favor o en contra de algo solo llevado por la corriente de la opinión pública o del colectivo al que se pertenece siempre me ha parecido poco inteligente. Hay que informarse de las cosas para formarse una opinión propia, aunque en España somos muy dados a defender o atacar con uñas y dientes lo que toque en cada momento sin saber antes de lo que estamos hablando. Dado que este fenómeno me parece lamentable y también -supongo- por una cierta deformación profesional, me dispongo a hacer un poco de pedagogía sobre el asunto, apoyado en los humildes -aunque creo que suficientes- conocimientos que tengo sobre él. 

Empecemos por decir que, efectivamente, el sistema electoral es injusto: hay partidos cuya representación institucional no se corresponde con su respaldo electoral. Los detractores del sistema echan mano a menudo de algunas leyendas urbanas que justificarían tales injusticias: que si las abstenciones se cuentan como votos favorables al partido ganador, que si a IU se le pone un mayor "precio" por cada escaño, etc. La realidad es que el perjuicio a IU, que existe, no proviene de ninguno de los motivos citados -que son falsos-. El problema de IU es que, en unas elecciones generales o autonómicas, el reparto de escaños no se hace en función del número de votos totales obtenidos. Por contra, los escaños se asignan por circunscripciones, que para el caso de las elecciones citadas son las provincias. La Ley Electoral establece, además, que es necesario obtener al menos el 3% del voto para optar a un escaño en una circunscripción.

La causa de la infrarrepresentación de IU puede entenderse con el siguiente ejemplo: supongamos que tenemos 5 circunscripciones y en cada una de ellas es necesario obtener 20 votos para obtener un escaño. El partido A presenta candidatura en las cinco circunscripciones, obteniendo 15, 18, 12, 19 y 14 votos, respectivamente, en cada una de ellas. El partido B solo presenta candidatura en dos de las cinco circunscripciones, obteniendo 42 y 31 votos, respectivamente. El partido A no obtiene ningún escaño, por no alcanzar los 20 votos en ninguna circunscripción. El partido B obtiene 3 escaños (2 en la primera circunscripción y 1 en la segunda). La injusticia es que el partido A, teniendo en total 78 votos, no obtiene representación mientras el partido B, teniendo un total de votos de 73, obtiene 3 escaños. 

El ejemplo anterior ilustra bien la causa de agravios como el siguiente: en las pasadas elecciones generales de 2008, CiU, con el 3,05% del voto, obtuvo 11 diputados; IU, con el 3,8% del voto, obtuvo 2 diputados. La concentración del voto de CiU en solo 4 circunscripciones, frente a la dispersión del voto de IU, hace posible esta paradoja.

Ésta es la situación que hay que corregir, mejorando la proporcionalidad del sistema -haciendo que el porcentaje de voto y el porcentaje de escaños se asemejen lo máximo posible-. Y hay alternativas viables para hacerlo, por ejemplo la que se puede ver en el siguiente enlace:

Sistema electoral alternativo - Universidad de Granada

Dicho todo lo anterior, y dejando claro que el sistema es injusto con los partidos minoritarios de ámbito estatal -como IU-, animo a los militantes y dirigentes de IU a algunas otras reflexiones. Y es que no se puede usar la coartada del sistema electoral para justificarse en cada convocatoria electoral. Por las siguientes razones:

1. Las situaciones de injusticia descritas se producen en elecciones generales o autonómicas, no en municipales o europeas, puesto que se rigen por el sistema de circunscripción única.

2. En las elecciones municipales y autonómicas del pasado 22 de mayo, el auge del movimiento 15-M hacía presagiar un intenso trasvase de voto desde el PSOE a IU. Por dos motivos: las reivindicaciones podían verse reflejadas en los programas de IU y, además, esta plataforma pedía que no se votase a los partidos mayoritarios. Sin embargo, mientras el PSOE ha perdido más de 7 puntos porcentuales del voto que obtuvo en la convocatoria de 2007, IU apenas ha ganado 0,8 puntos porcentuales con respecto a dicha convocatoria.

3. El ejemplo más gráfico de todos: con este sistema electoral injusto -que la hizo descender a sus testimoniales 2 diputados en 2008- IU obtuvo 17 diputados en 1989, 18 en 1993 y 21 en 1996.

Amigos de IU, que los árboles os dejen ver el bosque. Os animo a que sigáis reivindicando el cambio del sistema electoral, por justicia. Pero eso no os exime de la necesaria autocrítica.