domingo, 22 de marzo de 2009

A las Hermandades y Cofradías ...

En estos días asistimos a debates internos en las hermandades y cofradías de España sobre si éstas deben posicionarse públicamente, en la próxima Semana Santa, acerca de la nueva regulación sobre el aborto. Hay para todos los gustos, aunque si algo destaca en todo esto, es que una cosa es lo que pretenden las jerarquías y otra lo que piensan los cofrades de a pie. Como casi siempre, tratándose de organizaciones vinculadas a la Santa Madre Iglesia.

No entiendo bien, por otra parte, algunas posturas en el Partido Popular, que parecen querer replantearse ahora el derecho a la interrupción del embarazo. Se supone que ése es un debate cerrado en la política española. Y lo es porque el PSOE articuló este derecho en la ley vigente, en los años 80. Es verdad que con la oposición del PP (entonces AP), pero este partido gobernó durante 8 años -cuatro de ellos con mayoría absoluta- y nunca planteó derogar dicha ley. Por tanto, suponemos que no ha lugar a cuestionar ahora el aborto en sí, sino cómo y en qué plazos puede interrumpirse el embarazo. En este aspecto, de lo que se trata es de actualizar la ley y adecuarla a los tiempos y la madurez democrática de la sociedad española. Y además, de proporcionar seguridad jurídica a todas las mujeres que se vean en la la angustiosa situación de interrumpir su embarazo, con una ley más simple y clara.

Pero volvamos a las hermandades y cofradías. Aplaudo la decisión que han tomado algunas de ellas de unirse a la campaña de protesta de la Iglesia, mediante un lazo blanco en sus pasos de Semana Santa. No les queda otra, siendo como son "apéndices" de la jerarquía católica. Sería incoherente que no se manifestaran públicamente siendo fieles católicos de primer nivel. Es más, yo, sin serlo, les animo a seguir por ese camino de la coherencia y, en aras de ésta, espero que las direcciones de las cofradías y hermandades adopten, además, la decisión de no permitir la participación en las procesiones de todas aquellas personas que hayan incurrido en alguna de las siguientes conductas:

  1. Falta de asistencia a la misa dominical en su parroquia.
  2. Practicar la masturbación y no cumplir posteriormente con su obligación de confesión y correspondiente penitencia.
  3. Práctica de relaciones homosexuales.
  4. Práctica de relaciones heterosexuales previas al matrimonio.
  5. Uso de preservativos en relaciones sexuales (del tipo que sean).
  6. Uso de medios anticonceptivos durante la vida matrimonial.
  7. Infidelidad en la relación conyugal.
  8. Práctica, amparo y comprensión para con el aborto.
  9. Voto a partidos políticos cuyo programa sea incompatible con la doctrina cristiana.
Espero, con estos humildes consejos que me he permitido dar, colaborar en la pureza que debe impregnar y presidir toda manifestación de fe católica. No sea que acabemos convirtiéndonos en sepulcros blanqueados de puro hipócrita.

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