sábado, 10 de enero de 2015

¿SOMOS ANDALUCES LOS ALMERIENSES? (I)

Una reciente anécdota -desgraciada, pero pura anécdota- ocurrida en la emisión de las campanadas de fin de año por Canal Sur desde Almería, ha venido a reabrir viejas polémicas en torno al carácter andaluz -o no- de la provincia de Almería. Es frecuente que sucesos nimios como éste desaten las más feroces reacciones, mientras otras veces se pasan por alto agravios mucho mayores que afectan realmente a las condiciones de vida de la gente. En este caso, la emisión de una disculpa "simpática" por parte de la televisión autonómica me pareció una reacción acertada de Canal Sur -donde el día 1 de enero ya había dimitido el director de emisiones de la cadena-, y coloqué un enlace al vídeo en una conocida red social. Los comentarios que este vídeo sugirió a quienes lo vieron, en parte quejándose del acento "andaluz occidental" predominante, dieron pie a una conversación sobre cuestiones identitarias y presuntos fraudes de ley en la constitución de Andalucía como comunidad autónoma. Son cuestiones recurrentes, que se traen a colación con ocasión de cualquier incidente del tipo que nos ocupa, para ilustrar el supuesto ninguneo a Almería por parte de la administración autonómica.

Para mí, la respuesta a la pregunta que titula esta entrada es afirmativa: los almerienses somos andaluces. Otra cosa son los afectos, desafectos y sentimientos de pertenencia que cada uno tenga, que no obedecen ni a leyes ni a demarcaciones político-administrativas. Por tanto, vaya por delante el mayor de los respetos a quienes piensen y sientan, por contra, que los almerienses no tenemos nada que ver con Andalucía. Pero analicemos con un poco de calma este asunto, sin dejarnos llevar por apasionamientos.

Almería forma parte de la Comunidad Autónoma de Andalucía desde su creación. No obstante, dado que Andalucía, como entidad geográfica, es anterior a su constitución en comunidad autónoma, cabe preguntarse si Almería formó siempre parte de esta realidad geográfica. Como no soy geógrafo ni entendido en Historia -más allá de una cierta cultura general- he dedicado algún tiempo a investigar este asunto.

El caso es que el territorio que actualmente ocupa la provincia de Almería ha estado siempre incluido -en su mayor parte- en distintas divisiones administrativas que lo vinculaban con otros territorios de lo que actualmente entendemos por Andalucía. Desde las divisiones provinciales del Imperio Romano, pasando por las de la España visigoda o la musulmana, hasta el nacimiento del Reino de Granada. El término "Andalucía" se empieza a utilizar en el siglo XIII para denominar a los territorios conquistados por los reinos cristianos en el valle del Guadalquivir. Aunque parece que la etimología del vocablo Al-Andalus está todavía sujeta a controversia entre lingüistas e historiadores, parece claro que se llamó Andalucía a estos territorios conquistados como "castellanización" del vocablo árabe. Es decir, si Al-Andalus -que en principio era el término árabe para referirse a la Hispania visigoda- es la denominación de la parte de España bajo dominio musulmán, tan Andalucía es el territorio conquistado en el siglo XIII como el que quedó por conquistar entonces, hasta 1492: el Reino de Granada -del que formó parte, aproximadamente, el actual territorio de las provincias de Almería, Granada, Málaga y parte de Jaén-.

A partir de este momento conviven distintas denominaciones territoriales, en algunas de las cuáles se mantiene el topónimo Andalucía para el valle del Guadalquivir y el de Reino de Granada para el resto. Sin embargo, también es frecuente que se hable de "los cuatro reinos del Andalucía": los de Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada, tomando forma así los límites geográficos actuales. En todo este tiempo, las divisiones administrativas vigentes en España estaban basadas en las fronteras de los antiguos reinos medievales.

Con el fin del Antiguo Régimen surgen, a principios del S. XIX, nuevas propuestas de organización territorial del Estado. Es el caso de la división provincial de 1833, impulsada por el motrileño Javier de Burgos, que ha llegado a nuestros días. Es curioso el hecho de que muchas personas tienen un sentimiento de pertenencia provincial muy arraigado, como si la división provincial fuese una división histórica o geográfica ancestral, siendo una división puramente administrativa y relativamente reciente.

La división administrativa de 1833 se estableció por un Real Decreto que incluía también un nivel organizativo superior -aunque sin personalidad administrativa, meramente geográfica- que eliminaba los antiguos reinos y establecía regiones. En el artículo 2 de este decreto puede leerse: "La Andalucía, que comprende los reinos de Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla, se divide en las ocho provincias siguientes: Córdoba, Jaén, Granada, Almería, Málaga, Sevilla, Cádiz y Huelva". Por tanto, desde que existe la provincia de Almería ha estado vinculada a la región de Andalucía. De hecho, si se trata de cuestionar la pertenencia o no de ciertas provincias a las comunidades en las que se insertan actualmente, podría tener sentido plantearse si los albaceteños deberían ser murcianos, si los salmantinos deberían ser leoneses o si los cántabros tendrían que ser castellanos, pero no si los almerienses son andaluces.






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